David Angulo

Contracorriente | Equipo Calafate

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Cuando comenzó la clase tenía dudas sobre la metodología, tenía cierto temor de establecer una conversación tan cercana con alguien a quien no conocía. Pero a medida que fueron evolucionando, semana a semana, las conversaciones con mi pareja, éstas me permitieron aprender a tener mayor disposición al escuchar, y a aportar una opinión más objetiva. Esta clase aportó a mi formación, al darme herramientas para entablar un diálogo más transparente y empático, con quienes hablamos durante un proyecto de investigación. A reconocerme en el otro, aquel que abre un espacio para ser escuchado, pero que también busca saber sobre aquella persona a la que le da información. Entonces, el intercambio de experiencias y conocimiento se da, y la comprensión sobre una historia de vida, no se convierte nunca en cifras.

Creo que la traducción de fragmentos de una historia a través de imágenes, me ayudó a aumentar la sensibilidad de lo que se interpreta, por el papel de las imágenes, de los colores, de las relaciones establecidas entre esos elementos con la palabra escrita y narrada. Así, sentí también que por medio de esta clase se rescatan historias cotidianas de una forma humana, no sensacionalista, no subjetiva, ni moral, hecho que me permite entender un poco más, dos campos de mi interés, las narrativas audiovisuales y el periodismo, pero sin quedarse en el resultado del diseñador, el artista o el periodista, sino con una función social clara, en la que se reconoce y visibiliza a una persona, más allá de ser Contracorriente.